viernes, febrero 22, 2008


A mediados de los 80's éramos muchos los que estábamos hartos de tanto posmoderno, de tanta Agata Ruíz de la Prada, Pitita y tanto tecno-pop new romantic. Reclamábamos a gritos volver a la esencia de los 60's. Y en ese momento justo, ¡flash! salieron Los Negativos en Barcelona y Sex Museum en Madrid. Estos "outsiders" de 1986 hicieron algo muy importante, que no fue otra cosa que materializar un germen que se hallaba incubando en nuestros cerebros desde los tiempos de nuestra infancia. En ese tiempo se abrió en la calle Carpio de Oviedo el beat-club "La Caverna" de Luís aka "Carreto", cuyo nombre ya era suficientemente revelador. Allí nos encontramos un día de 1987 escuchando de nuevo a los Byrds y a los Who, lo que era una "novedad" mundial, después de varios años de New Order, Soft Cell y Alaska. Romper con el posmodernismo fue lo mejor que nos pudo suceder. Los nacidos en los 60's habíamos tenido una inquietud en la mente durante años que nunca se había acabado de concretar. Y estos grupos la acabaron de materializar en nuestra psychedelica y ruidosa adolescencia.






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